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Vivimos con prisa ante un mundo lleno de estímulos sin detenernos a contemplar ninguno. 

Miramos de reojo lo que nos rodea sin darle demasiada importancia a detalles dando por hecho que estarán siempre.

Vivimos frente a obstáculos que no nos dejan ver más allá de la capa superficial de las cosas 

Tenemos que aprender a mirar a nuestro alrededor, los pequeños momentos que en un futuro nos arrepentiremos de no haber admirado. 

Si puedieras pararte a contemplar algo el resto de tu vida, ¿dónde querrías estar?y ¿qué querrías escuchar?

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Signac nos invita a detenernos en ese rayo de luz capaz de envolvernos en un entorno irreal

Paula 

Cabrera 

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